Llegaron, soltaron un temazo, todo el mundo lo bailó durante un verano y ellos se desvanecieron poco a poco. No, no hablo de un grupo en particular, sino de un tipo de grupo: los ‘one hit wonders’, una raza aparte en el mundo de la música.
Y es que tener un super hit repentino es una suerte durante unos pocos meses, pero puede ser una losa para el resto de tu carrera. Porque, ¿alguien se acuerda de más de una canción de Crash Test Dummies, Billy Ray Cyrus o MC Hammer? Exacto.
Bueno, hay quien ni se acuerda de ellos, y punto. Pero para refrescarnos la memoria llegaron a internet las recopilaciones de ‘one hit wonders’.
Ahí está Jot Down con sus listas de hits efímeros de los 80 y 90, o esta recopilación de 20 grupos olvidados de los 90 en Bandalismo. Pero no hace falta irse tan lejos, porque la primera década de los dos mil también tuvo su buena ración de flores de un día.
Si los 80 fueron la década del electropop, y los 90 la del rock alternativo, en el 2000 se abrió paso y triunfó el indie rock bailable, ideal para ambientar fiestecillas o simplemente para darle caché a tu iPod, en caso de que viniera a examinarlo el gafapasta de turno.
Si alguien no bailó o quemó en su iPod una de estas perlitas, que tire la primera piedra. Vamos con el repaso:
1. Jet – Are You Gonna Be My Girl (2003)
Sí, hace 12 años se llevaban los pantacas de campana, por si no os acordabais. Antes de The Killers y Franz Ferdinand, estaban Jet. No se sabe muy bien si los australianos se adelantaron al revival post punk o es que venían con veinte años de retraso. Aunque abrieron la puerta a la invasión indie rock, la intelectualidad musical se cansó enseguida de ellos. Quizá fuera por sacar un temazo que le podía gustar tanto al hipster como a la portera, pero esas cosas no se perdonan. La cruel crítica que le dedicó Pitchfork a su segundo disco dictó sentencia: no tenía texto, sólo un vídeo de un chimpancé jugando con sus partes íntimas.
2. I’m From Barcelona – We’re From Barcelona (2006)
Primeros suecos de esta lista (y no serán los últimos). Huelga decir que no eran de Barcelona, sino de un lugar bastante menos soleado y vibrante: Jönköping.
Si no se les hubiera conocido por este alegre y trompetero tema, al menos habrían llamado la atención por otra curiosidad: eran una banda de solamente 28 miembros. Imaginad los problemas que debía dar eso a la hora de salir de tour o simplemente al cuadrar la agenda de todo el mundo para ensayar.
Así, no es extraño que su carrera fuese bastante corta. Tocaron techo cuando, en 2008, una de sus canciones apareció en un episodio de Cómo conocí a vuestra madre. A partir de ahí, al limbo de las estrellas por un día.
3. The Fratellis – Chelsea Dagger (2006)
En pleno reinado indie de Franz Ferdinand y Kaiser Chiefs, uno de los temas que más sonaba en cualquier guateque anti-gustos pachangueros era el de estos escoceses con nombre italiano. Era tan pegadizo que como llevases dos copas de más acababas coreándolo agarrado del hombro con cualquier extraño del bar. Lo cual no era malo, ni mucho menos.
En vista de que podían arrasar, apostó por ellos una multi, Universal, pero en lugar de darles impulso, esto les gafó de mala manera. The Fratellis han intentado repetir la fórmula una y otra vez, reincidiendo en el truquillo de mostrar a jóvenes carnosas en el vídeo, pero nada, no hay manera: ‘one hit wonders’ forever.
4. The Sounds – Tony the Beat (2006)
Alguien debería de estudiar la habilidad de los suecos para sacar como churros grupos de esos que pegan a la primera. Surgidos en el mejor momento de sus compatriotas Mando Diao, The Sounds combinaban rasgos de otras bandas suecas con cantante carismática: por un momento parecía que podían unir las virtudes de Ace of Base y The Cardigans. Explosivo, ¿no?.
Pues sí, empezaron con mucha fuerza, como este Tony the Beat, se dejaron ver en los siguientes años por alguno de nuestros festivales veraniegos y al final se han quedado en eterna promesa del indie sueco. Como único consuelo: al final Mando Diao tampoco han sido para tanto.
5. The Ting Tings – That’s Not My Name (2008)
Este dúo británico -ella/él- salieron de la nada y se impusieron a base de un ritmo pegadizo y machacón, que es el equivalente indie del Wannabe de las SpiceGirls (¡icono de grito de whatsapp!). Si todavía queda algún fan del grupo y de la canción que me perdone por lo que acabo de decir.
Las huestes de seguidores que se ganaron con este primer hit esperaron en vano una continuación digna. Sí, sacaron un segundo y hasta un tercer álbum, acompañados de los previsibles singles de indie-pachanga y sintetizadores. Pero lo que no se repitió fue el entusiasmo del respetable.
Por cierto, su primer LP, allá por 2008, se tituló We Started Nothing. Fueron profetas.